jueves, octubre 12, 2006

La rosa

La historia que nos ocupa hoy puede haber sucedido en cualquier pueblo o ciudad.
Nos ubica en una calle concurrida quizás una calle mayor porticada los hechos suceden en un edificio de vecinos de tres plantas en la primera planta tenemos al se?or Bonifacio el portero, hombre menudo, observador, viudo para mas se?as y aficionado a la petanca, en la segunda planta encontramos a la se?ora Ángeles mujer anciana, devota de su hijo Rubén, maestro del pueblo buen orador y amigo de sus amigos se desconoce como a sus treinta y tantos a?os todavía no ha pasado por la vicaría, planta no le falta para tener a las mozas predispuestas, en la tercera planta tenemos al se?or Juan hombre disciplinado, jamás se le ha visto salir a la calle con una arruga en sus prendas el mismo se asegura que todo en el sea impoluto, hasta su alargado bigote merece de las atenciones y lo único que dicen las malas lenguas es que se pasa muchas horas en casa de la se?ora Ángeles jugando al domino,- aunque quien sabe quizás sea la Ángeles quien le cuide ese bigote exagerado-dice la Fernanda una verdulera del mercado, que aunque chismosa anda con mucho cuidado, de que estas al fin y al cabo habladurías, no lleguen a oídos de Rosa la hija de Juan a quien Fernanda tiene mucho cari?o desde que la madre de esta falleció en el parto, Rosa mujer soltera, simpática y un tanto so?adora adora a su padre y no tiene intención de dejarlo solo. Rosa todos los ocho de mayo recibe una rosa y una poesía no conoce al remitente pero se lo imagina, un hombre alto, limpio, hablador y con bigote amable y atento con su padre y amable con sus vecinos,-por supuesto que Bonifacio tanto su padre tendrían que aprobarlo- so?aba rosa mientras pelaba las patatas, claro eso siempre que este susodicho decidiese presentarse porque so?ar lo que se dice so?ar llevaba diez a?os so?ando a lo que el poeta llamémosle así no había hecho mas que enviar poesías en su cumplea?os, en su santo, en las fiestas del pueblo incluso cuando estaba triste o enferma recibía las poesías, la rosa solo el ocho de mayo, no dudaba recibirla hoy con lo que firmemente había decidido invitar a sus vecinos a merendar ense?arles las poesías y que le ayuden a encontrar a su poeta, de esta forma saldría de dudas, rosa mujer atenta había comprado bu?uelos y churros que sabia que a don Rubén le encantaba, en el maestro era en quien mas confianza tenia para esta empresa ya que conocía a los mas intelectuales de la zona y estaba segura que le ayudaría, lo habia peparado para las seis de la tarde, solo faltaba avisar a sus vecinos.

continuara...
se aceptan sugerencias para ello u otra reclamción podeis pasar por el palacio de cristal.

2 comentarios:

wisheast dijo...

???????Como que continuará???!!! por el momento me ha encantada, espero que el siguiente momento llegue pronto. Me recuerda a una cancion de Cecilia llamada "un ramito de violetas" la recomiendo a todo romantico que lea esto. un besos 1000.

Mike dijo...

Todos van a comer bu?uelos y churros???