TALLER DE ARTE

Un rótulo verde con dos pinceles cruzados sobre una paleta indicaba que aquello era una tienda de bellas artes, un escaparate recargado de cuadros y de figuritas desalentaba haciéndome creer que iba a ser una tienda de marcos para cuadros.
Al abrir la puerta no sonó una campanilla pero acudió a mi encuentro un perro peque?o minúsculo con un trozo de papel en la boca y con claras intenciones de jugar con los bajos de mi pantalón, la tienda alargada y estrecha, las paredes recubiertas de cuadros con todo tipo de motivos flores, jarrones, paisajes, figuras humanas, todo estaba representado en esas paredes y en el suelo se api?aban los cuadros uno de tras de otro esperando un nuevo lugar donde tener un sitio privilegiado.
Al final de la tienda estaba el mostrador una mujer mayor muy robusta con cigarro entre sus dedos y con unos ojos que te miraban por encima de una gafas te hacían sentir que no eras una clienta, que solo estabas en su casa donde habías interrumpido el te de las cinco, detrás de ella las estanterías llegaban hasta el techo llenos de tubos de pinturas, botes de aceites, barnices, fijadores, cajas de ceras de colores, paletas y pinceles parecían dormidos y dispuestos coger vida en el momento que yo saliese por esas puertas, cuando vio aquello supe que había llegado al lugar acertado mientras preguntaba los precios de algunos productos para hacer tiempo y recrearme en los diferentes estilos que se habían pintado los cuadros, reparo en un cartel colgaba de una de las estanterías un cartón con letras escritas en lápiz decía que se daban clases de pintura.
Es usted quien da las clases de pintura
-Si – contesto la mujer
- ?y me podría dar mas información?
- las clases se dan en el patio trasero de la tienda, no acepto mas de ocho alumnos por clases y ahora no están completas las clases, son dos horas a la semana.
- ?cuando puedo empezar?
-A principios de Enero
-gracias, podría apuntarme ahora para empezar en Enero.
-Ningún problema.
Mientras ella tomaba nota de mis datos me pareció sentir como los pinceles se movían susurrando entre ellos, pero al volver la mirada sobre ellos todo seguía inmóvil a la espera de no ser olvidados.

Empieza el 2007 empieza un nuevo proyecto